viernes, 27 de abril de 2007

¿Misión Pesca?

Son variadas y desgraciadamente permanentes las penalidades de nuestros pescadores artesanales. Muy conocidas y por ellos a menudo denunciadas son aquellas penurias referidas al accionar irresponsable de la pesca industrial de arrastre, a la enorme vulnerabilidad a la piratería marina y la falta de seguridad en el mar, a la ineficacia de los gobiernos regionales del eje pesquero Sucre- Nueva Esparta, tanto en la IV como en la V República, para acometer con éxito la implementación de una adecuada infraestructura de apoyo y sostén para sus diarias actividades, así como también a la falta de escrúpulos por parte de funcionarios públicos a la hora de manejar la política crediticia de turno.

Menos conocidas y divulgadas son otras acciones que, a corto y largo plazo, se constituyen en verdaderas amenazas para la pesquería artesanal, noble actividad que, según nuestros estudios, podría haber estado operando en esta parte del mundo desde hace unos 13.000 años atrás. La privatización del Puerto Pesquero de Guiria en 1997 es una de ellas.

Actualmente, los conscientes miembros del Concejo Municipal del Municipio Valdéz, haciendo la mejor oposición (la que se le hace a este proceso dentro del proceso, procurando mejorarlo cada día más) valientemente enfrentan toda clase de presiones y mantienen una firme disposición a rescatar la infraestructura pesquera de aquel recinto, contando con una entusiasta mayoría del pueblo de Guiria, recordándole a todo aquel que se interesa por el asunto que el Puerto Pesquero de Guiria fue privatizado por quien manejó para aquellos años un discurso y un accionar de completa aceptación a las directrices provenientes de Miraflores, las cuales, a su vez, fueron dictadas por el tristemente célebre FMI.

Otras decisiones que deben tomarse pronto, como las ubicaciones del Puerto de Aguas Profundas (Edo. Sucre) y del Muelle Crucero (Edo. Nueva Esparta), se convierten en potenciales actos criminales en contra de la pesquería artesanal de la región nororiental del país si no se atiende al clamor de diversas voces técnicas que han advertido lo inconveniente de ubicar macroestructuras en aguas interiores del Golfo de Cariaco (Edo. Sucre)y en las cercanías de Playa Valdes (Edo. Nueva Esparta), ambos cuerpos de aguas reconocidos por su inmenso potencial biológico, además de que el primero de ellos exhibe claramente en su expresión más oriental el marcado tectonismo (y su consecuente sismicidad) de la zona.


Para colmo de males, tres nuevos elementos se suman al conjunto de problemas por los que atraviesa actualmente la pesca artesanal en esta área de Venezuela. En primer lugar, los espacios pesqueros tendrán que ser compartidos con las actividades inherentes a la industria gasífera nacional (PDVSA tiene la palabra). Secundariamente, la variabilidad climática en el crucial aspecto del campo de vientos, luego de la acentuada declinación en la captura de sardina durante el segundo semestre del año pasado, introduce serias inquietudes acerca del futuro comportamiento de la fenomenología natural (incesante provisión de nutrientes en el estrato superficial marino-costero) responsable de la afortunada y milenaria ocurrencia de los prodigiosos recursos pesqueros regionales y finalmente, la droga, con todo lo nocivo que esto acarrea, campea y expande sus nefastas consecuencias en las comunidades pesqueras de la Península de Paria.

No se vislumbra, como puede observarse, un panorama risueño para la pesca artesanal, asiento conceptual, sin duda, de la tan necesaria soberanía alimentaria. ¿Qué tal si enfrentamos de una vez por todas el problema bajo un esquema integral?, ¿Qué tal una Misión Pesca?.


Rubén Aparicio / Oceanógrafo / Tlf 0414-7771139 / raparici@sucre.udo.edu.ve

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